Tuesday, September 28, 2010
Machu Picchu
I found this photo the other day... The year? Maybe 1990...The place? The Inca remains of Machu Picchu, an abandoned city made of stone on the top of a mountain. The character? Just another careless traveler who did not see the signpost announcing... The Twilight Zone.
Sunday, September 26, 2010
El secreto de sus ojos en DVD / The Secret In Their Eyes
Acabo de ver "El secreto de sus ojos," la gran película de Juan José Campanella que se llevó este año el Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Ciertamente se puede entender el entusiasmo de la Academia por este filme que hilvana de manera tan lograda una historia de amor y un thriller policiaco, añadiéndole buenas dosis de humor y amistad envuelta en diálogos brillantes y llenos de vida.
No me sorprende en absoluto que esta película haya sido la cinta argentina más vista en su propio país durante los últimos 30 años. Los diálogos de "El secreto de sus ojos" aciertan en recuperar el exquisito sabor auditivo de la palabra hablada en todas sus formas, incluyendo la respuesta ágil y ocurrente del porteño y la palabrota convertida en arte por obra y gracia de su necesidad de ser, de la honestidad sin par del momento dramático.
Pero la película no está hecha únicamente de palabras. Campanella nos deja pasmados en una escena tras otra con su destreza cinematográfica y la belleza de sus imágenes. Mencionemos unas cuantas: las vistas en el tren al acabar los créditos, las versiones edulcoradas y descartadas de los esbozos de su novela, la construcción previa de la escena del estadio donde Sandoval y Espósito dialogan de fútbol en el bar junto a unos fanáticos del Racing y, finalmente, la escena misma en el campo de fútbol. Esta última sin duda una proeza técnica en la que la cámara avanza desde el espacio a unas graderías colmadas de fanáticos, una persecución por pasillos, baños y escaleras, y de ahí hasta la cancha misma sin un solo corte visible de edición.
Simplemente brillante, "El secreto de sus ojos" nos trae inolvidables personajes y una excelente trama que toca sin ahondar --pero sin superficialidad-- los grandes temas de la Argentina de los últimos años: el enfrentamiento con la violencia, la corrupción del concepto de justicia durante los años del terrorismo y, más que nada, la inevitabilidad del pasado --de lidiar con él de una u otra forma-- en la construcción de un mañana que no sea una versión del vacío.
No me sorprende en absoluto que esta película haya sido la cinta argentina más vista en su propio país durante los últimos 30 años. Los diálogos de "El secreto de sus ojos" aciertan en recuperar el exquisito sabor auditivo de la palabra hablada en todas sus formas, incluyendo la respuesta ágil y ocurrente del porteño y la palabrota convertida en arte por obra y gracia de su necesidad de ser, de la honestidad sin par del momento dramático.
Pero la película no está hecha únicamente de palabras. Campanella nos deja pasmados en una escena tras otra con su destreza cinematográfica y la belleza de sus imágenes. Mencionemos unas cuantas: las vistas en el tren al acabar los créditos, las versiones edulcoradas y descartadas de los esbozos de su novela, la construcción previa de la escena del estadio donde Sandoval y Espósito dialogan de fútbol en el bar junto a unos fanáticos del Racing y, finalmente, la escena misma en el campo de fútbol. Esta última sin duda una proeza técnica en la que la cámara avanza desde el espacio a unas graderías colmadas de fanáticos, una persecución por pasillos, baños y escaleras, y de ahí hasta la cancha misma sin un solo corte visible de edición.
Simplemente brillante, "El secreto de sus ojos" nos trae inolvidables personajes y una excelente trama que toca sin ahondar --pero sin superficialidad-- los grandes temas de la Argentina de los últimos años: el enfrentamiento con la violencia, la corrupción del concepto de justicia durante los años del terrorismo y, más que nada, la inevitabilidad del pasado --de lidiar con él de una u otra forma-- en la construcción de un mañana que no sea una versión del vacío.
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