Thursday, September 25, 2014

Jeepers Creepers, la canción

Estaba embobado con Louis Armstrong –como siempre que lo escucho– cuando el álbum llegó a la extrañísima Jeepers Creepers, una alegre canción que Satchmo estrenó en el cine y que el mismo cine se encargó de pasar de alegre a siniestra a lo largo de los años. Nada más extraño que la letra escrita por Johnny Mercer, una leyenda musical de entonces. Veamos lo que dice:

Now, I don't care what the weather man says
When the weatherman says it's raining
You'll never hear me complaining, I'm certain the sun will shine
I don't care how the weather vane points
When the weather vane points to gloomy
It's gotta be sunny to me, when your eyes look into mine

Jeepers Creepers, where'd ya get those peepers?
Jeepers Creepers, where'd ya get those eyes?
Oh Gosh all git up, how'd they get so lit up?
Gosh all git up, how'd they get that size?

Oooh, Golly gee! When you turn those heaters on,
woe is me, got to put my cheaters on,

Jeepers Creepers, where'd ya get those peepers?
On, those weepers, how they hypnotize, yes
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?

La lengua inglesa es inagotable, y es imposible escudriñar todos los significados de estos versos escritos en 1938 para una comedia llamada Going Places. En la cinta actuaba el mismo Satchmo y nada menos que Ronald Reagan, quien 40 años después se convertiría en un célebre presidente, y tal como la misma canción, pasaría de divertido a terrorífico dependiendo de a quién uno se lo pregunte. En la película, el genial Satchmo es el único capaz de hacer dócil a un caballo de carrera cantándole la canción.




En la letra, el título y estribillo “Jeepers Creepers” parece ser una forma sublimada de decir “Jesus Christ!”, (algo así como decir “¡Ay, Jesús!”, "¡Dios mío!" O, al estilo boricua, "¡Ay bendito!"), un recurso común de entonces para evitar una referencia religiosa directa usando sólo las iniciales con distintas palabras. Los “peepers” son los ojos, claro, al igual que los “heaters”. Los “cheaters”, por su parte, son gafas oscuras para apaciguar el impacto de esa mirada.

Bueno, no parece nada terrorífico. ¿Por qué entonces fue tan fácil convertir esta alegre letra en algo tan horroroso como en la cinta de 2001, Jeepers Creepers?  El título ayuda, por cierto. Ya en 1939, apenas un año después de Going Places, la Warner Bros. usó el tema en un dibujo animado de Porky Pig, donde el tartamudo cerdito personifica a un policía que es llamado a indagar en una casa embrujada en la que es aterrado por un fantasma. Que el cerdito Porky sea un policía (que ya algunos llamaban “Pigs” en esos días) es un doble sentido imposible de evitar.




Y de ahí nos vamos hasta 2001. Producida por Francis Ford Coppola para American Zoetrope, y dirigida por Victor Salva, Jeepers Creepers no gozó nunca de la aprobación unánime de los críticos, pero tiene momentos indudablemente espeluznantes. La cinta, además, fue capaz de crear un monstruo totalmente original, y no sólo con el maquillaje y los efectos especiales, pues el personaje que colecciona partes y miembros humanos en una galería macabra, no se asemeja a nada que hayamos visto hasta entonces.  

Para mí la película es genial exprimiendo en lo posible el lado oscuro de la canción, haciéndola rozar esa fibra oscura que nos trepa el alma cuando pensamos en terrores desconocidos.



Novedad de último minuto. O al menos lo es para mí. Me entero ahora que hay una nueva secuela de Jeepers Creepers, pronta a estrenarse. Esta sería la tercera, y a decir verdad, la segunda no fue tan buena como la original. Peor aun, el tráiler no promete gran cosa, aunque también la dirige el mismo Salva. Mejor no juzgar demasiado aprisa.





En fin, eso es todo, amigos, Porky dixit. A seguir escuchando a Satchmo. Pero esta vez, con la luz encendida.


Wednesday, September 10, 2014

The Immigrant




I was quite impressed with this movie directed by James Gray, who previously pulled-off a beautiful little film like Two Lovers, a mostly dialogue-based film that reached amazing realism. Working again with Joaquin Phoenix (Bruno), Gray here casts the beautiful French actress Marion Cotillard (Ewa), the Polish “immigrant” of the title, and Jeremy Renner in a secondary role. The story takes place in New York after WWI, when Ellis Island became the European gateway to the U.S. The social portrait of those days is just brilliant, with its yellowish photography and the detailed ugliness of the everyday life. In this pot-boiler of hope and hopelessness in equal measure, Gray provides a vivid background to the characters emotional turmoil -- fleshing out a plot where simple and universal words like deceit, honor and guilt acquire poignant human dimension. As mentioned, the excellent cinematography makes The Immigrant a visual experience as well, but mostly, what we take home with us is the harrowing presence of Joaquin Phoenix who, once again, tears out the souls of the audience, forcing us to confront the shaky moral center that lies within every great drama.