Estaba
embobado con Louis Armstrong –como siempre que lo escucho– cuando el álbum llegó
a la extrañísima Jeepers Creepers, una
alegre canción que Satchmo estrenó en el cine y que el mismo cine se encargó de
pasar de alegre a siniestra a lo largo de los años. Nada más extraño que la
letra escrita por Johnny Mercer, una leyenda musical de entonces. Veamos lo que
dice:
Now, I don't care what
the weather man says
When the weatherman says it's raining
You'll never hear me complaining, I'm certain the sun will shine
I don't care how the weather vane points
When the weather vane points to gloomy
It's gotta be sunny to me, when your eyes look into mine
When the weatherman says it's raining
You'll never hear me complaining, I'm certain the sun will shine
I don't care how the weather vane points
When the weather vane points to gloomy
It's gotta be sunny to me, when your eyes look into mine
Jeepers Creepers,
where'd ya get those peepers?
Jeepers Creepers, where'd ya get those eyes?
Oh Gosh all git up, how'd they get so lit up?
Gosh all git up, how'd they get that size?
Jeepers Creepers, where'd ya get those eyes?
Oh Gosh all git up, how'd they get so lit up?
Gosh all git up, how'd they get that size?
Oooh, Golly gee! When
you turn those heaters on,
woe is me, got to put my cheaters on,
woe is me, got to put my cheaters on,
Jeepers Creepers, where'd
ya get those peepers?
On, those weepers, how they hypnotize, yes
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?
On, those weepers, how they hypnotize, yes
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?
Where'd ya get those eyes?
La
lengua inglesa es inagotable, y es imposible escudriñar todos los significados
de estos versos escritos en 1938 para una comedia llamada Going Places. En la cinta actuaba el mismo Satchmo y nada menos que
Ronald Reagan, quien 40 años después se convertiría en un célebre presidente, y
tal como la misma canción, pasaría de divertido a terrorífico dependiendo de a
quién uno se lo pregunte. En la película, el genial Satchmo es el único capaz
de hacer dócil a un caballo de carrera cantándole la canción.
En la
letra, el título y estribillo “Jeepers Creepers” parece ser una forma sublimada
de decir “Jesus Christ!”, (algo así como decir “¡Ay, Jesús!”, "¡Dios mío!" O, al
estilo boricua, "¡Ay bendito!"), un recurso común de entonces para evitar una referencia
religiosa directa usando sólo las iniciales con distintas palabras. Los “peepers”
son los ojos, claro, al igual que los “heaters”. Los “cheaters”, por su parte, son
gafas oscuras para apaciguar el impacto de esa mirada.
Bueno,
no parece nada terrorífico. ¿Por qué entonces fue tan fácil convertir esta alegre
letra en algo tan horroroso como en la cinta de 2001, Jeepers Creepers? El título ayuda, por cierto. Ya en 1939,
apenas un año después de Going Places,
la Warner Bros. usó el tema en un dibujo animado de Porky Pig, donde el
tartamudo cerdito personifica a un policía que es llamado a indagar en una casa
embrujada en la que es aterrado por un fantasma. Que el cerdito Porky sea un policía
(que ya algunos llamaban “Pigs” en esos días) es un doble sentido imposible de
evitar.
Y de
ahí nos vamos hasta 2001. Producida por Francis Ford Coppola para American
Zoetrope, y dirigida por Victor Salva, Jeepers Creepers no gozó nunca de la aprobación
unánime de los críticos, pero tiene momentos indudablemente espeluznantes. La
cinta, además, fue capaz de crear un monstruo totalmente original, y no sólo con
el maquillaje y los efectos especiales, pues
el personaje que colecciona partes y miembros humanos en una galería macabra,
no se asemeja a nada que hayamos visto hasta entonces.
Para mí la película es genial exprimiendo en lo posible el lado oscuro de la canción, haciéndola
rozar esa fibra oscura que nos trepa el alma cuando pensamos en terrores
desconocidos.
Novedad
de último minuto. O al menos lo es para mí. Me entero ahora que hay una nueva secuela de Jeepers Creepers, pronta
a estrenarse. Esta sería la tercera, y a decir verdad, la segunda no fue tan buena como la original. Peor aun, el tráiler no promete gran cosa, aunque también la dirige el
mismo Salva. Mejor no juzgar demasiado aprisa.
En fin, eso es todo, amigos, Porky dixit. A seguir escuchando a Satchmo. Pero esta vez, con la luz
encendida.