Sunday, May 20, 2012

Sueños

Hay periodos en la vida en que los sueños de uno se vuelven tan reales y vívidos, que se convierten en parte de nuestra experiencia. Sí, experiencias. Y en mi caso, y ello quizá sea un síntoma de vejez o de locura, ocurre que en sueños me encuentro con mi padre y, a veces, con tíos que murieron hace muchísimos años, cuando yo era apenas un adolescente. Y no una sino muchas veces, como remachando la idea de que, en el fondo de mi conciencia,  jamás voy a aceptar su muerte. Cuando en sueños me encuentro con mi padre, por ejemplo, estoy tan contento de verlo que no recuerdo por qué lo dejé de ver la última vez. Totalmente amnésico, me inunda una alegría contagiosa, hago bromas y chistes, y lo abrazo y a veces hasta lloro de emoción. Nunca me acuerdo de su muerte ni de la profunda tristeza que me causó su despedida. La presencia de mi padre lo inunda todo con su dulzura, y mi felicidad no tiene límites.







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